La historia de la cita entre Clark y Diana se produce en un número histórico de Action Comics, concretamente en el 600. Y fue histórico principalmente por dos motivos. Por un lado, por lo redondo del número, publicado en mayo de 1988, cuando el personaje de Superman celebraba nada menos que sus primeros 50 años de historia desde aquella
erso DC ya llevamos tiempo viendo a Superman y Wonder Woman como una pareja romántica consolidada, ya sabemos que esto no fue siempre así. A priori no hay duda de que estos dos héroes parecen hechos el uno para el otro y gracias a la nueva continuidad surgida tras el evento Flashpoint se nos permite explorar cómo se desarrolla esa relación entre Clark y Diana. Pero aunque el superpoderoso kryptoniano y la formidable amazona dan la impresión de ser una pareja perfecta, unirlos sentimentalmente no ha sido sencillo pese a los diversos intentos que se han realizado en el pasado. Una muestra la hemos encontrado en las páginas de este volumen, en las que hemos visto que algo tan aparentemente sencillo como una primera cita puede tornarse más que complicado cuando dioses del Olimpo, del Cuarto Mundo y seres superpoderosos forman parte de la ecuación. Tal vez por eso es por lo que los caminos de Superman y Wonder Woman han permanecido siempre por separado hasta que ahora, desde el número 12 de Liga de la Justicia, los dos héroes compaginan sus batallas por la verdad y la justicia con un romance que intentan llevar de la forma más discreta y normal posible. Aunque la normalidad sea un concepto difícil para seres como ellos...
La historia de la cita entre Clark y Diana se produce en un número histórico de Action Comics, concretamente en el 600. Y fue histórico principalmente por dos motivos. Por un lado, por lo redondo del número, publicado en mayo de 1988, cuando el personaje de Superman celebraba nada menos que sus primeros 50 años de historia desde aquella mítica aparición en la misma cabecera 599 números y cinco décadas atrás. Pocos pudieron imaginar en aquel 1938 que ese personaje de atuendo casi circense y que levantaba ostento- samente un automóvil por encima de la cabeza en su primera portada se convertiría en el padre de todos los superhéroes y en el impulsor del género del comic book y de toda una edad dorada para el medio. Pero así fue, y de hecho recientemente un ejemplar casi en perfecto estado de aquel Action Comics núm. 1 ha sido vendido por más de 3,2 millones de dólares, una desorbitada cifra que supera con creces la alcanzada por cualquier otro cómic jamás vendido y que certifica que, sin duda alguna, aquella revista por la que nadie apostaba es hoy día una apuesta más que segura.
Pero decíamos que había dos motivos por los que el Action Comics núm. 600 es un número histórico, y el segundo es que, tras 50 años de publicación mensual de la colección, a partir del número 601 la cabecera pasó a publicarse de forma semanal y cambió su nombre por el de Action Comics Weekly. Y lo que es más importante, y a lo que hace alusión el título de este artículo, es que este cambio también implicó que Superman dejara de ser el único protagonista de las páginas de Action Comics y que la colección volviera a ser una antología protagonizada por varios personajes cada semana. Así, superhéroes como Canario Negro, Blackhawk, Shazam, Catwoman, Deadman, Nightwing, el Fantasma Errante o los Seis Secretos desfilaron semanalmente y de forma aleatoria por aquella cabecera como personajes principales de algunas historias. Pero dos personajes continuaron apareciendo de forma regular en las páginas de Action Comics. Por supuesto, Superman no abandonó la colección que lo vio nacer, y cada número de la edición semanal incluía dos páginas que pretendían homenajear, con motivo del tan destacado quincuagésimo aniversario del personaje, a las tiras de prensa protagonizadas por el Hombre de Acero en los años cuarenta.
En cuanto al otro personaje habitual durante la andadura semanal de la colección, este no fue otro que Green Lantern. Previamente al cambio de periodicidad de Action Comics, DC había cancelado la colección Green Lantern Corps y de este modo las aventuras de Hal Jordan se convirtieron en exclusivas de aquel nuevo formato semanal.
De hecho, como curiosidad, el número final de Action Comics Weekly estaba previsto que fuese una aventura conjunta de Superman y Green Lantern escrita por Neil Gaiman y con presencia de otros personajes habituales de la colección como Deadman o el Fantasma Errante. No obstante, la historia de Gaiman requería que Hal Jordan y Clark Kent se conocieran desde hacía años y que ambos conocieran sus identidades secretas, pero al no estar considerada esta relación como canon en la nueva continuidad post-Crisis en Tierras Infinitas, el guion fue finalmente desechado por la editorial y la historia no se publicó. Aunque sería más correcto apostillar que no se publicó en Action Comics Weekly, puesto que aquella idea de Neil Gaiman vio finalmente luz verde para ser publicada como una historia alternativa –y por tanto no sujeta a la continuidad editorial– en la novela gráfica Superman/Green Lantern: Legends of The Green Flame en noviembre de 2000.
Finalmente, y tras poco menos de un año de publicación semanal, en marzo de 1989 Action Comics recuperó su cadencia mensual a partir del número 643, escrito y dibujado por George Pérez y con una portada que rendía homenaje a la icónica imagen del Superman núm. 1 (1939). Ahora bien, lo que ocurría en las páginas interiores de aquel cómic no vamos a ni a mencionarlo en este momento, puesto que, durante ese año de publicación semanal de Action Comics, paralelamente se desarrolló en otras cabeceras una de las historias más polémicas y a la vez recordadas en la historia de Superman. Era el último año de John Byrne a las riendas del personaje y sin duda su forma de marcharse fue tan impactante como todo lo que nos brindó durante su permanencia. Algo ocurriría en la vida del Hombre de Acero que cambiaría para siempre su forma de actuar y que tendría importantísimas consecuencias en su entorno y en el propio personaje. Pero si no sabéis de qué estamos hablando, no querríamos privaros de descubrirlo por vosotros mismos en los próximos volúmenes de Grandes autores de Superman: John Byrne. Aún quedan muchas aventuras que vivir en estas páginas y lo que está por venir marcaría un antes y un después para Superman y para sus lectores.
Javier Olivares Tolosa
Artículo originalmente publicado como introducción de Grandes autores de Superman: John Byrne - Superman: El Hombre de Acero núm. 9.
erso DC ya llevamos tiempo viendo a Superman y Wonder Woman como una pareja romántica consolidada, ya sabemos que esto no fue siempre así. A priori no hay duda de que estos dos héroes parecen hechos el uno para el otro y gracias a la nueva continuidad surgida tras el evento Flashpoint se nos permite explorar cómo se desarrolla esa relación entre Clark y Diana. Pero aunque el superpoderoso kryptoniano y la formidable amazona dan la impresión de ser una pareja perfecta, unirlos sentimentalmente no ha sido sencillo pese a los diversos intentos que se han realizado en el pasado. Una muestra la hemos encontrado en las páginas de este volumen, en las que hemos visto que algo tan aparentemente sencillo como una primera cita puede tornarse más que complicado cuando dioses del Olimpo, del Cuarto Mundo y seres superpoderosos forman parte de la ecuación. Tal vez por eso es por lo que los caminos de Superman y Wonder Woman han permanecido siempre por separado hasta que ahora, desde el número 12 de Liga de la Justicia, los dos héroes compaginan sus batallas por la verdad y la justicia con un romance que intentan llevar de la forma más discreta y normal posible. Aunque la normalidad sea un concepto difícil para seres como ellos...
La historia de la cita entre Clark y Diana se produce en un número histórico de Action Comics, concretamente en el 600. Y fue histórico principalmente por dos motivos. Por un lado, por lo redondo del número, publicado en mayo de 1988, cuando el personaje de Superman celebraba nada menos que sus primeros 50 años de historia desde aquella mítica aparición en la misma cabecera 599 números y cinco décadas atrás. Pocos pudieron imaginar en aquel 1938 que ese personaje de atuendo casi circense y que levantaba ostento- samente un automóvil por encima de la cabeza en su primera portada se convertiría en el padre de todos los superhéroes y en el impulsor del género del comic book y de toda una edad dorada para el medio. Pero así fue, y de hecho recientemente un ejemplar casi en perfecto estado de aquel Action Comics núm. 1 ha sido vendido por más de 3,2 millones de dólares, una desorbitada cifra que supera con creces la alcanzada por cualquier otro cómic jamás vendido y que certifica que, sin duda alguna, aquella revista por la que nadie apostaba es hoy día una apuesta más que segura.
Pero decíamos que había dos motivos por los que el Action Comics núm. 600 es un número histórico, y el segundo es que, tras 50 años de publicación mensual de la colección, a partir del número 601 la cabecera pasó a publicarse de forma semanal y cambió su nombre por el de Action Comics Weekly. Y lo que es más importante, y a lo que hace alusión el título de este artículo, es que este cambio también implicó que Superman dejara de ser el único protagonista de las páginas de Action Comics y que la colección volviera a ser una antología protagonizada por varios personajes cada semana. Así, superhéroes como Canario Negro, Blackhawk, Shazam, Catwoman, Deadman, Nightwing, el Fantasma Errante o los Seis Secretos desfilaron semanalmente y de forma aleatoria por aquella cabecera como personajes principales de algunas historias. Pero dos personajes continuaron apareciendo de forma regular en las páginas de Action Comics. Por supuesto, Superman no abandonó la colección que lo vio nacer, y cada número de la edición semanal incluía dos páginas que pretendían homenajear, con motivo del tan destacado quincuagésimo aniversario del personaje, a las tiras de prensa protagonizadas por el Hombre de Acero en los años cuarenta.
En cuanto al otro personaje habitual durante la andadura semanal de la colección, este no fue otro que Green Lantern. Previamente al cambio de periodicidad de Action Comics, DC había cancelado la colección Green Lantern Corps y de este modo las aventuras de Hal Jordan se convirtieron en exclusivas de aquel nuevo formato semanal.
De hecho, como curiosidad, el número final de Action Comics Weekly estaba previsto que fuese una aventura conjunta de Superman y Green Lantern escrita por Neil Gaiman y con presencia de otros personajes habituales de la colección como Deadman o el Fantasma Errante. No obstante, la historia de Gaiman requería que Hal Jordan y Clark Kent se conocieran desde hacía años y que ambos conocieran sus identidades secretas, pero al no estar considerada esta relación como canon en la nueva continuidad post-Crisis en Tierras Infinitas, el guion fue finalmente desechado por la editorial y la historia no se publicó. Aunque sería más correcto apostillar que no se publicó en Action Comics Weekly, puesto que aquella idea de Neil Gaiman vio finalmente luz verde para ser publicada como una historia alternativa –y por tanto no sujeta a la continuidad editorial– en la novela gráfica Superman/Green Lantern: Legends of The Green Flame en noviembre de 2000.
Finalmente, y tras poco menos de un año de publicación semanal, en marzo de 1989 Action Comics recuperó su cadencia mensual a partir del número 643, escrito y dibujado por George Pérez y con una portada que rendía homenaje a la icónica imagen del Superman núm. 1 (1939). Ahora bien, lo que ocurría en las páginas interiores de aquel cómic no vamos a ni a mencionarlo en este momento, puesto que, durante ese año de publicación semanal de Action Comics, paralelamente se desarrolló en otras cabeceras una de las historias más polémicas y a la vez recordadas en la historia de Superman. Era el último año de John Byrne a las riendas del personaje y sin duda su forma de marcharse fue tan impactante como todo lo que nos brindó durante su permanencia. Algo ocurriría en la vida del Hombre de Acero que cambiaría para siempre su forma de actuar y que tendría importantísimas consecuencias en su entorno y en el propio personaje. Pero si no sabéis de qué estamos hablando, no querríamos privaros de descubrirlo por vosotros mismos en los próximos volúmenes de Grandes autores de Superman: John Byrne. Aún quedan muchas aventuras que vivir en estas páginas y lo que está por venir marcaría un antes y un después para Superman y para sus lectores.
Javier Olivares Tolosa
Artículo originalmente publicado como introducción de Grandes autores de Superman: John Byrne - Superman: El Hombre de Acero núm. 9.